Ahora que estoy de regreso tratando de crearme una nueva cotidianeidad me llegan recuerdos extraños en cada esquina. Cosas y momentos que desde que sucedieron no había vuelto a pensar. La mayoría son intrascendentes, desde cómo eran los calcetines que usaba de niña, hasta otros emocionantes y dolorosos como ver a R saliendo del cine, o de cómo era la librería francesa y a qué sabía el pan cuando iba a comer con P.
Pero a pesar de esos delgados hilos de memoria que me atan a los lugares y a las esquinas, sigo sin sentirme de lleno aqui. Como si fuera todo hecho de memorias o de sueños y le faltara realidad. Y no sé como encontrarla.