jueves, 23 de diciembre de 2010
I fainted the first time we kissed
For a long time I had thought this could work out. We tried, but distance and prejudice and expectations and fears and just plain loneliness didn't let us. I couldn't understand why you would drink alone and leave me by myself; I couldn't understand how you could be so impractical; I couldn't understand your interest in hierarchies -political or other-; I couldn't understand you saw the world through a different lens. And we drifted apart and never really got anywhere, and it hurt, it hurt to be wrong again, to fail when everything seemed to give us a green light, it hurt to fall into the void once more. We didn't talk anymore. The years went by. We changed, I changed. And you made choices. And all I did is try and break your heart.
domingo, 25 de julio de 2010
Caminos de la memoria
Ahora que estoy de regreso tratando de crearme una nueva cotidianeidad me llegan recuerdos extraños en cada esquina. Cosas y momentos que desde que sucedieron no había vuelto a pensar. La mayoría son intrascendentes, desde cómo eran los calcetines que usaba de niña, hasta otros emocionantes y dolorosos como ver a R saliendo del cine, o de cómo era la librería francesa y a qué sabía el pan cuando iba a comer con P.
Pero a pesar de esos delgados hilos de memoria que me atan a los lugares y a las esquinas, sigo sin sentirme de lleno aqui. Como si fuera todo hecho de memorias o de sueños y le faltara realidad. Y no sé como encontrarla.
miércoles, 24 de marzo de 2010
A ti te va a pasar algo muy feo
Desperté a las 6 am. No solo por el jet lag, pero por una pesadilla. Primero desperté a media noche oyendo como si alguien tocara la puerta. No sé que hora era, ni si en realidad alguien tocaba, pero desde allí mi sueño se volvió muy intranquilo.
Todo empezó con un sueño sin mayor interés, hasta un poco superficial. Soñaba que organizaba una despedida de soltera para dos amigas, pero todo estaba saliendo mal, yo estaba estresada y no podía convivir con la gente que quería. Pero de repente estabamos como en una estación de trenes o más bien de camiones y yo caminaba sola por una sala de espera muy llena cuando un señor (típico mexicano: pantalón khaki, camisa como rojo quemado, gordo, con entradas en el pelo negro peinado hacia atrás) se me quedaba viendo muy intensamente, pelando los ojos. A mi me daba un poco de miedo y pretendía no haberlo visto, pero él me seguía viendo todo el tiempo; y al pasar frente a él me decía "a ti te va a pasar algo muy feo" y estiraba la mano como para agarrarme, yo me hacia de lado, por poco evitando que me alcanzara y gritaba (con una voz de pito que daba verguenza) que no me tocara.
Salí de la sala de espera al área principal de la terminal que estaba llena de gente pensando en a qué podría referirse y me daba vértigo la infinidad de posibilidades. En eso, otro señor un poco más delgado, me veía y me decía que yo estaba marcada o algo parecido. Salía corriendo y encontraba a una amiga. Le estaba contando lo que había pasado cuando volvía a pasar ese mismo señor. Yo me escondía detrás de ella y parecía que no me había visto cuando la volteaba a ver y le decía algo sobre el mal en el mundo o algo del estilo. Pero todo el tiempo él sabía que yo estaba allí. Que no me podía esconder.
Desperté sudando y con miedo a enfrentar el mundo.
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