Empezó el 2009 y sentí la necesidad de ponerme a escribir. No en mis cuadernos como hago desde hace años pero en un lugar público (¿público? no estoy tan segura, pero bueno). Supongo que es una búsqueda de testigos, de tratar de lanzar lo que me pasa y lo que pienso más allá de mi y ver que sucede. La idea de una botella de náufrago siempre me ha parecido romántica. Finalmente es eso, soy una romántica empedernida que insiste en que la vida en el fondo es poética. Que los otros o lo otro no es un mero espejo que interpretamos según nuestro humor y conveniencia, sino algo verdaderamente distinto que nos refleja y cambia.
Tomo un avión en 4 horas, típico mío empezar algo a esta hora en que debería estar empacada y dormida. Ni una ni la otra. Pero sí quiero dormir. El siguiente post vendrá después.