A veces hay cosas qué escribir, para compartir o no sé, que solo aqui pertenecen.
Mi amiga Y me regaló un hermoso recuerdo para mi cumpleaños. A los 18 años, cuando viajé a Venecia para Carnaval, J me mandó con un pequeño retoño de bambú. Iba envuelto en servilleta mojada y papel aluminio para que tuviera suficiente agua para el viaje. Típico de J. Preguntar si podía mandarme un regalo, y luego aparecer con algo absolutamente impráctico para un viaje en tren de 14 horas. Cuando tuvo suficientes raíces lo planté y me acompañó en mi escritorio con vista a un lago con los Alpes de fondo. Pero al final de ese año tuve que dejarlo.
Hoy me dio nostalgia. Oí la música de Cinema Paraiso por la muerte de Morricone. Me conmoví acordándome de toda la ilusión e ingenuidad de ese momento: del amor, del cine. Y ese sentimiento que no logro desenredar se mezcla con ese bambú en papel aluminio, con viajes en tren, y posibilidades que se pierden.
Mi amiga Y me regaló un hermoso recuerdo para mi cumpleaños. A los 18 años, cuando viajé a Venecia para Carnaval, J me mandó con un pequeño retoño de bambú. Iba envuelto en servilleta mojada y papel aluminio para que tuviera suficiente agua para el viaje. Típico de J. Preguntar si podía mandarme un regalo, y luego aparecer con algo absolutamente impráctico para un viaje en tren de 14 horas. Cuando tuvo suficientes raíces lo planté y me acompañó en mi escritorio con vista a un lago con los Alpes de fondo. Pero al final de ese año tuve que dejarlo.
Hoy me dio nostalgia. Oí la música de Cinema Paraiso por la muerte de Morricone. Me conmoví acordándome de toda la ilusión e ingenuidad de ese momento: del amor, del cine. Y ese sentimiento que no logro desenredar se mezcla con ese bambú en papel aluminio, con viajes en tren, y posibilidades que se pierden.